Calmar mi mente desde la valentía de Habitarme

12.4.23

¿Cuántas veces había clamado por paz y tranquilidad?, muchas veces desde que tengo uso de razón o memoria, me recuerdo siempre a mí misma repitiendo como una especie de mantra, dame un sólo día, un sólo día de paz, donde nadie me grite, me agreda con la mirada, me juzgue o critique, o se burlen de mí, o me castiguen, y tantas otras cosas más.

Cuando por fin viví sola entre los 29 y 30 años, era de verdad un éxtasis. Pues mi tranquilidad dependía sólo de mí. Me sentía en el paraíso y, sin embargo, algunas noches esa voz que me asustaba o mis recuerdos me sumergían muchas veces en la desesperación de querer literalmente morir.

Recuerdo en especial una noche donde sentí tanta angustia de mi existencia que rogué, recé desde lo más profundo de mi ser y pedí ayuda, le dije a Dios por favor sácame de aquí, no me importa si es a través de la muerte o algo más… Y fui asistida, profundamente asistida. Ese día me reconcilie con mi espiritualidad, ese día algo se movió en mí.

¿Por qué recordé este episodio hoy miércoles 12 de abril y casi 17 años después?, tal vez había olvidado lo desolada que me sentía y hoy una paciente trajo de mis recuerdos este sentimiento. En algún momento la voz que me guía me recordó la diferencia entre desolación y soledad, y siento que nunca más lo he olvidado.

La desolación (de/ sol/ ación = como la sensación de estar en un desierto, yermo, seco sin vida), en lo más profundo de mí, la ausencia de la luz del sol (el arquetipo de papá).

Mientras que la soledad (sol-edad), es esa certeza que el sol brilla sobre y a través de ti.

De esta misma manera, he aprendido que lo que manifiesta mi cuerpo en el sentir no siempre es verdadero, a veces son sólo memorias del pasado que quieren volver a ser interpretadas.

Desde hace un tiempo me permito el sentir, pero ya no desde donde me lo cuentan mis memorias (personajes), me lo permito justamente para conectar con la expansión de mi misma hacia lugares donde mi personalidad jamás podría llegar.

Desde hace un tiempo, he perdido el miedo al sentir, al sentirme en lo profundo. Una vez que paso el límite de la mentira del Ego, algo profundo surge de ahí, una nueva Yo.

Desde hace un tiempo, el sentir es sólo eso, más no la definición de mi ser.

¿Desde dónde te sientes tu?
¿Sientes miedo de tu sentir?
¿Qué crees que pasará si te entregas al sentir?

By A.E
María José Tardón García
Humana en cuerpo de mujer tratando de experimentar el Ser
Espejos y Fractales del Alma
@efdalma
www.efdalma.org
https://linktr.ee/efda 

#libertaddesertu

#conscienciadetimismo

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