25.1.2023
¿¡Cuánta falta me hace ser amable conmigo misma!? Con esas palabras me desperté hace 3 días…
y me quedé pensando, sintiéndolas como un eco dentro de mí…. ¿Por qué mi voz me reclama de esa manera?
Le pregunté con asombro: ¿acaso no he hecho lo que me has pedido?
respondió: cuan equivocada estás, jamás te pediré algo, eres tú quién interpreta mis palabras como un mandato, como un propósito, yo jamás te he pedido nada, sólo te he mostrado lo que clamabas desde dentro de ti, te he mostrado lo que ocultabas de ti al mundo, jamás he sido un mandato.
Amabilidad, como la capacidad o la habilidad de amar, de amarte, de aceptarte como eres y así aceptar a los demás.
Llevaba meses peleando con mi esposo, conmigo misma, porque no comprendía aún esto de los apegos familiares. hasta que me pasó la factura o la cuenta como dicen algunos.
Mi cuerpo cansado, sin poder dormir bien por las noches, queriendo crear y sin embargo, encontrándome con la sensación de estar atrapada una vez más por circunstancias, por los deseos egoístas de la familia.
Tremendo revolcón, al mirarme en los espejos y fractales de mi alma… mis ojos claman un poco de oscuridad, mis párpados claman por descanso, pero por el descanso de mis proyecciones de dolor, egoísmo e infelicidad. Es por eso que estoy con mis ojos cerrados más horas de las que quisiera, agoté a mi cuerpo con proyecciones de guerra familiar.
Ahora, he tenido que tomar distancia de mis seres queridos, para poder corregir con ayuda del espíritu santo mis falsas creaciones, aún estoy atrapada, me quedan muchos días de expiación, auto perdón y gratitud.
¡Sí! Reconozco que el virus de la consciencia (la culpa) sólo ha llegado como un leve resfrío, podría haber sido peor… debo recordar agradecer por eso también.
Quería aprender acerca de la avaricia, la codicia y dos semanas han sido suficientes o tal vez han sido meses y no lo había hecho latente, no lo había podido reconocer. El último de los pecados capitales que finalmente engloba a todos los demás: querer más pereza/diligencia, más orgullo/humildad, más envidia/caridad, más ira/paciencia, más lujuria/castidad, más gula/templanza, y claro la falta de generosidad conmigo misma proyectada hacia la holografía de mi realidad como la codicia-avaricia.
¿Qué forma de aprender esta ¡Dios mío!… pero hoy comprendí. Cierro mis ojos, no para dormir, cierro mis ojos para dejar de proyectar esto que me asusta, me carcome, me tiene desviada de quién realmente soy.
Cuarentena de mí misma, cuarentena de mis proyecciones, ya no es necesario salir corriendo a algún seminario, retiro espiritual, ni libro mágico, sólo estar con amabilidad conmigo misma, tratándome igual que como trataría a un enfermo cansado de la lucha, reservando la energía, no desperdiciarla Con odio y rencor, parar para poder volver a co-crear la vida que quiero para mí y mis tres hombres de camino.
By A.E
María José Tardón García
Humana en cuerpo de mujer tratando de experimentar el Ser
Espejos y Fractales del Alma
@efdalma
www.efdalma.org
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